El 07 de octubre del 2012 el
Comandante Chávez arrasa en las elecciones presidenciales. Chávez,
después de una intensa campaña, obtiene una contundente victoria
nada más y nada menos que por 55,07%, unos 11,39 puntos de ventaja.
Concretó un respaldo de 8.191.132 de personas que en ese momento
apoyaron el Plan de la Patria. Eso decíamos todos. El candidato
perdedor obtuvo en aquel entonces un respaldo de 6.591.304 personas
del electorado activo y valido. Okey, todo bien. Sin embargo, seis
meses después, casi que se va al caño todo el Plan de la Patria.
¿Qué fue lo que ocurrió? Ocurrió un fenómeno electoral que dejo
a muchos boquiabiertos y que revela con claridad donde está la falla
de la Revolución Bolivariana. Falla que no es un producto intrínseco
del proceso socialista, sino que es producto de múltiples
circunstancias políticas y burocráticas que le bordean.
En solo seis meses 1.326.772
“chavistas” no votan por Maduro, no votan por Chávez, no votan
por el Proyecto socialista; pero votan, en su mayoría, por el
emperador Capriles (si, exactamente, como aquel que mandó a
incendiar Roma). En la tabla que muestra la gráfica de la imagen
observamos que ese número de personas (celda E8) es igual al margen
ganador de Chávez el 07oct12 (celda C8) menos el margen ganador del
presidente Nicolás Maduro el 14abr13 (D8). De esas 1.326.772
personas, 615.428 (celda E4) simplemente se abstuvieron. Tal vez hubo
triunfalismo, tal vez hubo apatía sumada al dolor por el
fallecimiento del Comandante Chávez. O tal vez otra cosa peor, como
ya veremos. En cualquier caso, lo real y objetivo es que no votaron.
Y ese error nos pudo haber costado muy caro. No es cualquier cosa lo
que está en juego.
El otro grupo de personas, unas
711.344 (celda E6) no fue que se abstuvieron, sino que decididamente
votaron por el candidato emperador Capriles. Y es aquí donde hacemos
énfasis. No fue que se sintieron confundidos, abatidos ni afectados
por algo, y menos aún que se sintieran triunfadores. VOTARON DURO Y
CLARO CONTRA EL PROCESO BOLIVARIANO. Allí no debe caber la menor
duda. Eso y solo eso explica el cambio drástico del mapa electoral
venezolano en solo seis meses, con una diferencia de 1.326.772 votos.
Allí no hubo dolor alguno, ni sentimiento alguno, ni remordimiento
alguno por la muerte del Comandante por parte de estos 711.344
votantes. Optaron votar encaradamente por el antichavismo. Pero ¿Cómo
es que hace seis meses votaron por Chávez y ahora votan en contra de
Maduro? ¿Cuál fue la razón? ¿Por qué se voltean y miran hacia
atrás? ¿Por qué deciden votar contra Maduro, que es votar contra
Chávez?
Sin duda alguna, la razón fue y es
LA PROMESA ANTICORRUPCIÓN de Nicolás Maduro. Esa fue la razón. Ese
sector se sintió amenazado en sus intereses, y en su mezquino
comportamiento, por la ofensiva EFICIENCIA O NADA ligada a la batalla
contra la corrupción lanzada por nuestro presidente Nicolás Maduro.
Por eso se le voltean a Maduro, porque si votaban por Maduro y este
ganaba, se les acababa la pachanga. ¿Es una locura hacer tal
afirmación? De ninguna manera, de otro modo, ¿Cómo se explica tan
formidable cambio electoral? Y no es que el presidente Chávez no
luchara contra la corrupción (y quién sabe si fue por ello que fue
inoculado, solo Dios sabe), sino que era el momento oportuno para los
talanqueras de cambiar de color. Fue momento y oportunidad. Y no de
manera fortuita. Todo está enmarcado en un plan. Y es aquí donde se
encienden todas las alarmas, porque lo que activo tal decisión en
ese grupo de personas en cuanto a la situación electoral, también
la puede activar en torno a otras circunstancias políticas y
sociales. Lo acabamos de ver, de sentir y de vivir.
Se pueden realizar algunas otras
inferencias de los datos que ofrece el CNE en su portal (que aparecen
en la tabla de la imagen), pero por ahora lo dejaremos para otro
momento. Solo diremos someramente lo que nos deja entre ver estos
resultados, a saber:
Que ese sector que no voto por el
presidente Maduro, ya porque se abstuvo, o ya de forma decidida, es
aquel sector que forma parte de la camaleónica e insensible
burocracia estatal. Son, con seguridad, muchos de esos funcionarios
de Estado que viven del gobierno bolivariano, comen del gobierno
bolivariano, pero rechazan al gobierno bolivariano, por decir lo
menos. Por supuesto, no toda; pero si una buena parte de esa
burocracia que también se cree y se siente imperial. Son aquellos
que se regodean con los presupuestos y los negocios del Estado y de
sus privilegios. Esos fueron los que decidieron votar en contra de
Maduro, y por lo tanto, en contra de la pulcritud y eficiencia del
Estado. Ese sector no está constituido por factores políticos o
sociales genuinos del pueblo, porque de ser así, Nicolás Maduro no
hubiera ganado. Es bien sabido que los sectores burocráticos siempre
fluctúan entre las dos aguas de la política y entre las dos mareas
del acomodamiento. De por allí vienen los tiros.
La otra cosa, y sin duda la más
grave, es como afecta esa situación la seguridad del presidente de
la república. Teniendo a un gran número de personas trabajando para
el presidente (por decirlo de alguna manera) y a la vez, estando
estas en contra del presidente ¿Cómo sobrevive el presidente en
medio de todo esto? Porque cualquiera de estos funcionarios es un
potencial enemigo. Y es un enemigo difícil. Es un enemigo que se
mimetiza con el entorno. Es difuso, su comportamiento no lo delata
fácilmente, y además, está ubicado en diversos frentes de acción.
Cuenta con recursos técnicos e informáticos y maneja información.
Y son miles. Probablemente tenga aliados externos. Son como una red
secreta dentro del Estado. Nada fácil. No me quiero ni imaginar el
peor de los escenarios. Creo que de esa manera concibe nuestro
presidente Maduro tales problemáticas. Por ello tal vez su propuesta
de un servicio secreto anticorrupción. Lo secreto solo se revela por
lo secreto. En eso acierta el presidente. Sin embargo, esa propuesta
en específico pudiera arrojar también algunos problemas, porque
para que una mano lave a la otra, aquella debe estar limpia. Pero
creemos que el presidente está consciente de eso y de seguro sabrá
resolver.
Con todo, hay un grupo de
compatriotas, que tal vez desanimados, decidieron abstenerse de
votar. Pero es una fuerza electoral que seguro se activara a favor
del proceso bolivariano en las próximas elecciones, habiendo visto
ya las consecuencias que acarrea, no el socialismo, sino el
abstencionismo a favor del capitalismo fascista.
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