lunes, 29 de abril de 2013

Resultados electorales

Maduro y la fuerza anticorrupción.

El 07 de octubre del 2012 el Comandante Chávez arrasa en las elecciones presidenciales. Chávez, después de una intensa campaña, obtiene una contundente victoria nada más y nada menos que por 55,07%, unos 11,39 puntos de ventaja. Concretó un respaldo de 8.191.132 de personas que en ese momento apoyaron el Plan de la Patria. Eso decíamos todos. El candidato perdedor obtuvo en aquel entonces un respaldo de 6.591.304 personas del electorado activo y valido. Okey, todo bien. Sin embargo, seis meses después, casi que se va al caño todo el Plan de la Patria. ¿Qué fue lo que ocurrió? Ocurrió un fenómeno electoral que dejo a muchos boquiabiertos y que revela con claridad donde está la falla de la Revolución Bolivariana. Falla que no es un producto intrínseco del proceso socialista, sino que es producto de múltiples circunstancias políticas y burocráticas que le bordean. 

En solo seis meses 1.326.772 “chavistas” no votan por Maduro, no votan por Chávez, no votan por el Proyecto socialista; pero votan, en su mayoría, por el emperador Capriles (si, exactamente, como aquel que mandó a incendiar Roma). En la tabla que muestra la gráfica de la imagen observamos que ese número de personas (celda E8) es igual al margen ganador de Chávez el 07oct12 (celda C8) menos el margen ganador del presidente Nicolás Maduro el 14abr13 (D8). De esas 1.326.772 personas, 615.428 (celda E4) simplemente se abstuvieron. Tal vez hubo triunfalismo, tal vez hubo apatía sumada al dolor por el fallecimiento del Comandante Chávez. O tal vez otra cosa peor, como ya veremos. En cualquier caso, lo real y objetivo es que no votaron. Y ese error nos pudo haber costado muy caro. No es cualquier cosa lo que está en juego.
El otro grupo de personas, unas 711.344 (celda E6) no fue que se abstuvieron, sino que decididamente votaron por el candidato emperador Capriles. Y es aquí donde hacemos énfasis. No fue que se sintieron confundidos, abatidos ni afectados por algo, y menos aún que se sintieran triunfadores. VOTARON DURO Y CLARO CONTRA EL PROCESO BOLIVARIANO. Allí no debe caber la menor duda. Eso y solo eso explica el cambio drástico del mapa electoral venezolano en solo seis meses, con una diferencia de 1.326.772 votos. Allí no hubo dolor alguno, ni sentimiento alguno, ni remordimiento alguno por la muerte del Comandante por parte de estos 711.344 votantes. Optaron votar encaradamente por el antichavismo. Pero ¿Cómo es que hace seis meses votaron por Chávez y ahora votan en contra de Maduro? ¿Cuál fue la razón? ¿Por qué se voltean y miran hacia atrás? ¿Por qué deciden votar contra Maduro, que es votar contra Chávez?
Sin duda alguna, la razón fue y es LA PROMESA ANTICORRUPCIÓN de Nicolás Maduro. Esa fue la razón. Ese sector se sintió amenazado en sus intereses, y en su mezquino comportamiento, por la ofensiva EFICIENCIA O NADA ligada a la batalla contra la corrupción lanzada por nuestro presidente Nicolás Maduro. Por eso se le voltean a Maduro, porque si votaban por Maduro y este ganaba, se les acababa la pachanga. ¿Es una locura hacer tal afirmación? De ninguna manera, de otro modo, ¿Cómo se explica tan formidable cambio electoral? Y no es que el presidente Chávez no luchara contra la corrupción (y quién sabe si fue por ello que fue inoculado, solo Dios sabe), sino que era el momento oportuno para los talanqueras de cambiar de color. Fue momento y oportunidad. Y no de manera fortuita. Todo está enmarcado en un plan. Y es aquí donde se encienden todas las alarmas, porque lo que activo tal decisión en ese grupo de personas en cuanto a la situación electoral, también la puede activar en torno a otras circunstancias políticas y sociales. Lo acabamos de ver, de sentir y de vivir.
Se pueden realizar algunas otras inferencias de los datos que ofrece el CNE en su portal (que aparecen en la tabla de la imagen), pero por ahora lo dejaremos para otro momento. Solo diremos someramente lo que nos deja entre ver estos resultados, a saber:
Que ese sector que no voto por el presidente Maduro, ya porque se abstuvo, o ya de forma decidida, es aquel sector que forma parte de la camaleónica e insensible burocracia estatal. Son, con seguridad, muchos de esos funcionarios de Estado que viven del gobierno bolivariano, comen del gobierno bolivariano, pero rechazan al gobierno bolivariano, por decir lo menos. Por supuesto, no toda; pero si una buena parte de esa burocracia que también se cree y se siente imperial. Son aquellos que se regodean con los presupuestos y los negocios del Estado y de sus privilegios. Esos fueron los que decidieron votar en contra de Maduro, y por lo tanto, en contra de la pulcritud y eficiencia del Estado. Ese sector no está constituido por factores políticos o sociales genuinos del pueblo, porque de ser así, Nicolás Maduro no hubiera ganado. Es bien sabido que los sectores burocráticos siempre fluctúan entre las dos aguas de la política y entre las dos mareas del acomodamiento. De por allí vienen los tiros.
La otra cosa, y sin duda la más grave, es como afecta esa situación la seguridad del presidente de la república. Teniendo a un gran número de personas trabajando para el presidente (por decirlo de alguna manera) y a la vez, estando estas en contra del presidente ¿Cómo sobrevive el presidente en medio de todo esto? Porque cualquiera de estos funcionarios es un potencial enemigo. Y es un enemigo difícil. Es un enemigo que se mimetiza con el entorno. Es difuso, su comportamiento no lo delata fácilmente, y además, está ubicado en diversos frentes de acción. Cuenta con recursos técnicos e informáticos y maneja información. Y son miles. Probablemente tenga aliados externos. Son como una red secreta dentro del Estado. Nada fácil. No me quiero ni imaginar el peor de los escenarios. Creo que de esa manera concibe nuestro presidente Maduro tales problemáticas. Por ello tal vez su propuesta de un servicio secreto anticorrupción. Lo secreto solo se revela por lo secreto. En eso acierta el presidente. Sin embargo, esa propuesta en específico pudiera arrojar también algunos problemas, porque para que una mano lave a la otra, aquella debe estar limpia. Pero creemos que el presidente está consciente de eso y de seguro sabrá resolver.
Con todo, hay un grupo de compatriotas, que tal vez desanimados, decidieron abstenerse de votar. Pero es una fuerza electoral que seguro se activara a favor del proceso bolivariano en las próximas elecciones, habiendo visto ya las consecuencias que acarrea, no el socialismo, sino el abstencionismo a favor del capitalismo fascista.

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