viernes, 10 de mayo de 2013

Digno trabajo

Del canciller Elias Jaua

Digna de aplausos ha sido la actuación de nuestro canciller Elias Jaua. Ha hecho frente a las patrañas del imperialismo y de sus lacayos internacionales de una manera digna, valiente, incisiva, frontal y de un solo rostro. Todas sus declaraciones en torno a los ataques que inmisericordemente sufre nuestro país por parte de la ultraderecha internacional han estado signadas por la exactitud y precisión que precisa la defensa de la soberanía nuestro pueblo y de sus instituciones.

No es fácil enfrentarse a esa bestia de siete cabezas que es la ultraderecha internacional con sus hipnotizantes medios de información ( más bien medios de deformación, mental y ética) que cizallan constantemente la conciencia de muchos en el mundo y en Latinoamérica. No obstante, la dignidad obliga. Venezuela ha demostrado y seguirá demostrando que tiene una posición firme en sus principios constitucionales soberanos en torno a sus relaciones diplomáticas con el resto del mundo. La defensa de su pueblo y de su sistema democrático no esta matizada por posturas pusilánimes de los oprobiosos de la cuarta república, sino por el arrojo firme del que sabe blandir la bandera de la verdad, de la justicia de un pueblo, el pueblo venezolano. El canciller de la república ha hecho ver y saber que Venezuela no toma decisiones por posiciones meramente políticas, sino que su conducta en el marco internacional tiene un basamento ideológico más allá de toda plutodiplomacia camaleónica de las barras y las estrellas. Y esa ideología es Chávez. Elias lo ha demostrado. También el presidente Maduro.

Si la ultraderecha creía que se habrían de topar con un canciller y un presidente de la república timoratos que no sabrían como reaccionar y responder frente a sus provocaciones, nuevamente se estrellaron contra la muralla. Son venezolanos. Son caribes. Son revolucionarios. Son revolucionario que traen la extirpe, la firmeza y la fuerza de decisión del Comandante en Jefe Hugo Chávez. Como Chávez, traen consigo la entereza del valiente indómito. Como Chávez traen consigo la claridad del horizonte luminoso del porvenir del país. Como Chávez, poseen el arrojo y el ímpetu intenso que trae consigo la fuerza más poderosa que pueda conocer el ser humano sobre la tierra: el amor, el amor por la patria querida.

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